Cuando te beso, no es sólo tu boca, ni tu ombligo, ni tu regazo lo que yo beso. También beso tus preguntas, y tus deseos, yo beso tus reflexiones, tu incertidumbre, y tu valentía, tu amor por mi, y la libertad que te ofrezco, tu pie, que hasta mi te trajo y que de mi te alejará, te beso a ti, como eres y como serás, mañana y después, y cuando los días conmigo queden en el recuerdo.
Erich Fried
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De las cosas más hermosas que he leído en toda mi vida…